Erika Pizarro Tovar

En el límite de los departamentos de Chocó y Valle del Cauca, a lo largo de ambas orillas del Bajo San Juan, se extiende el territorio en el que se ubica el taller ARWE, de la etnia Wounaan. Conformado por 15 mujeres con edades entre los 13 y 55 años, en su mayoría madres de familia que desarrollan la labor artesanal en la creación de diferentes productos en palma de wérregue y chocolatillo, con el fin de comercializarlos y obtener ingresos para el sustento de sus familias.

Erika Pizario Tovar, miembro de la comunidad Wounaan resguardo de Papayo en el Litoral del San Juan, Chocó, trabaja la técnica de cestería en rollo de la palma de werregue con la que elabora productos como los tradicionales cántaros y jarrones, así como también platos, centros de mesa y diferentes contenedores. El trabajo artesanal lo aprendió desde que era una niña gracias a la guía de su madre, quien le enseñó a tejer, pero también a comprender el significado de cada símbolo que plasma en sus productos.